UN PUERTO DEPORTIVO DE CLASE MUNDIAL EN UNA CIUDAD DE CLASE MUNDIAL
Barcelona, una de las ciudades más vibrantes del mundo, ha sido durante mucho tiempo un importante puerto de la costa mediterránea. Los primeros indicios de actividad marítima se remontan al siglo IV, aunque el primer puerto artificial, con una dársena, no surgió hasta después de la Edad Media. Con el paso de los años, la parte más antigua del puerto, el Port Vell, fue quedando poco a poco obsoleta a medida que el puerto se iba expandiendo hacia el sur. Con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992, se llevó a cabo un amplio proyecto de renovación urbanística que transformó la zona en dos puertos deportivos y en la mayor zona de ocio y recreo de Barcelona, abriendo la ciudad al mar.
Diseñado y construido por SF Marina y su socio local Marina System Ibérica S.L., Marina Port Vell se completó a tiempo para los Juegos Olímpicos de Barcelona en julio de 1992. En 2010, el Grupo Salamanca adquirió el puerto deportivo y en el transcurso de seis años lo transformó en un destino preeminente para superyates, con alojamiento para 150 yates de hasta 190 metros de eslora. Parte de la nueva configuración del puerto deportivo consiste en tres diques flotantes hechos a medida: uno de 62 metros de largo y 3,5 metros de ancho, otro de 80 metros de largo y 5 metros de ancho -ambos con amarres para unas 35 embarcaciones de recreo- y otro de 95 metros de largo y 5 metros de ancho con amarres para 30 yates más grandes. Los dos largos son muelles en forma de T, mientras que los tres están dotados de fingers. Los muelles fueron diseñados por SF Marina y fabricados localmente por Marina System Ibérica S.L. en 2014. Con su peso y su bajo centro de gravedad, los pantalanes no solo ofrecen una estabilidad considerable y una gran capacidad de carga, sino también una vida útil larga y sin problemas. Desde entonces, Marina Port Vell ha pasado a llamarse OneOcean Port Vell.
